Sociedad Israelita de Beneficencia de San Luis

9

de marzo

de 2002

10º Aniversario del Atentado a la Embajada de Israel

Dolorosos acontecimientos hemos padecido durante estos últimos diez años.

Nuestro país se conmocionó con situaciones nunca antes experimentadas.

Nosotros que siempre creímos ser el centro del mundo fuimos efectivamente centro del mundo dolorosamente.

Experimentamos nuestra inexperiencia, salimos de la burbuja en la que siempre veíamos nuestra realidad con colores personales y nos dimos cuenta que solo éramos espectadores de un mundo convulsionado del cual no podemos escaparnos atrincherándonos en una realidad ficticia como si nuestro “corral” no estuviera en la realidad global.

Vimos el dolor de nuestra sociedad herida; que reconoció como nueva una colectividad integrada desde hacia cien años.

Vimos como ese reconocimiento se transformo en solidaridad… por un rato, y en fastidio al siguiente y escuchamos los análisis ideológicos y políticos más retorcidos, buscando explicaciones y justificaciones que no existen, tratando de derivar las responsabilidades en asuntos de otros. ¿Otros? ¿Quiénes?

Vimos nuestra fragilidad, vimos nuestra falta de previsión, vimos que no estamos preparados para las catástrofes, vimos nuestra negligencia con la seguridad de nuestro patrimonio, vimos la justicia indolente, vimos una policía corrupta y cómplice de los delincuentes, vimos nuestros dirigentes como “niños inútiles” ante una realidad cruda de “hombres maduros”.

En los atentados a la Embajada de Israel en Buenos Aires y de la Asociación Mutual Israelita Argentina vimos casi toda nuestra realidad, casi todos nuestros problemas como país.

Lamentablemente, a la luz del estado de nuestra nación hoy, quedamos en condiciones para volver a repetir y, lo que es peor, crearnos tragedias como las que vivimos. No aprendimos nada.

¿Diez años fueron suficientes?

¿Por que no nos dejamos de hacer preguntas y, mejor, las respondemos?

Tenemos a nuestra disposición toda la información que nos brindó esta experiencia vital. Revirtamos nuestras debilidades en fortalezas. Modifiquemos nuestra situación. Pero para ello, debemos reconocer, primero, que la impunidad no es un problema del delincuente sin castigo, es nuestra tragedia.

Arq. Daniel Hodara

Presidente del la Sociedad Israelita de San Luis

Fundada en 1925

San Luis, 9 de marzo de 2002.-