Sociedad Israelita de Beneficencia de San Luis

Hoy somos Yanquis

El 11 de septiembre de 2001 será nuevamente un hito en la historia de la humanidad. Miles de muertos caen sobre las espaldas de sus ejecutores y con el tiempo recaerán sobre las espadas de todos nosotros como fue con los atentados en argentina.

Los atentados terroristas no tienen explicaciones que los puedan justificar aunque los ingenuos se empeñen en buscarlas.

La condición humana sigue siendo nuestro peor enemigo. Es la que nos hace estúpidos ante cosas obvias.

¿Necesitamos que alguien se haga cargo de la responsabilidad de los atentados para saber quienes fueron sus promotores y autores?

¿Hacen falta análisis profundos sobre las consecuencias políticas del coqueteo permanente de los estados del mundo occidental con los grupos terroristas y los estados fundamentalistas?

¿A siete años del atentado a AMIA y a nueve de la Embajada de Israel vale la pena analizar porque la Argentina no tomo medidas drásticas contra Irán, motor y propulsor de la mayoría de los atentados terroristas en el mundo?

La respuesta es miedo, cobardía de decir y enfrentar con fuerza lo que es claro para todos. Aunque el presidente de la Comunidad Palestina repudie el atentado y se quiera separar de estos hechos. ¿se puede separar? él es uno de los principales responsables. El promovió y consintió la Intifada. ¿Qué se puede decir de alguien que pone a los niños, a sus niños, como escudo?

¿Qué se puede decir de los autoproclamados estados islámicos que pretenden volver a pasados medievales para seguir sojuzgando a su propia gente y adoctrinarlos para la guerra santa?

Debemos ser responsables y decidir que queremos como futuro: Que queremos: La vida o el terror y la muerte.

Basta de coqueteos.

Basta de absurdos análisis ideológicos.

El terrorismo no tiene razón ideológica que lo avale.

Rechazar el terrorismo, hoy, es prioritario, pero prepararse para enfrentarlo implica saber concretamente que el terrorismo es enemigo del mundo, de todos los que queremos vivir en libertad, no solamente de los judíos.

Deseamos que el antisemitismo vernáculo y ancestral en cada país no ciegue los pueblos libres impidiéndoles ver el verdadero enemigo o serán, y seremos también los judíos, muertos o sometidos por el terrorismo.

Los judíos lo aprendimos con mucho dolor, lágrimas y muerte, no necesitamos una nueva lección. Los argentinos: ¿lo aprendimos con los atentados de la AMIA y la Embajada de Israel ó necesitamos más?

San Luis, 11 de septiembre de 2001.-

Arq. Daniel Hodara

Presidente

Sociedad Israelita de San Luis