Sociedad Israelita de Beneficencia de San Luis

4

de julio

de 2002

Diputados aprobó el proyecto de ley de libertad de pensamiento, religiosa y de culto

 

 

Diputados aprobó el proyecto de ley de libertad de pensamiento, religión y culto

UN PASO HACIA ADELANTE. La Cámara de Diputados aprobó ayer el proyecto de ley. Lo hizo durante una sesión en la que participaron representantes de la Iglesia y cultos no católicos.

La Cámara de Diputados aprobó ayer el proyecto de ley de libertad de pensamiento, religiosa y culto en medio del abierto acompañamiento de los cultos no católicos y la intolerancia de sectores identificados con la Iglesia que llegaron a arrojar huevos al recinto en el desenlace de la sesión.

Al cabo de casi tres horas de debate, el oficialismo parlamentario representado por el justicialismo, el PUL, el PDL y el MID dio media sanción con modificaciones al proyecto que el Senado aprobó el año pasado por unanimidad. El único voto disidente que tuvo fue el de Gabriela Cicarone de Olivera Aguirre.

La oposición en su conjunto, salvo Jorge Daffra del FreGen, rechazó la iniciativa aunque sin coincidir en un todo con los argumentos. La Alianza UCR-Frepaso, la Democracia Cristiana y el Bloque Leandro Alem votaron en contra, en el último caso proponían una consulta popular vinculante.

El texto que salió de Diputados surgió el último martes de las comisiones de Derechos Humanos y Legislación General que emitieron dictamen incorporando reformas a los artículos 1, 2 y 5. (Ver por separado).

Hubo varios pasajes de tensión que obligaron a la Presidencia a interrumpir a casi todos los oradores del oficialismo y a Daffra para pedir a quienes representaban a la Iglesia y a seguidores de Raúl Laborda Ibarra que permitieran el desarrollo del debate porque sus actitudes discriminatorias y hasta intimidantes no les permitía exponer su posición.

La presión ejercida contra quienes estaban de acuerdo con el proyecto fue una acabada manifestación de intolerancia. Y si no porqué los legisladores de la oposición, pudieron expresarse y hasta fueron alentados.

Los insultos, la deliberada exhibición de imágenes que hasta se intentaron ubicar en la bandeja donde estaba la gente de los cultos, las consignas y los huevazos, dieron marco a la sesión que siguió desde el palco de prensa el ministro de Gobierno, Joaquín Surroca.

Patricia Gatica y Tona Salino, presidentas de las comisiones, más de una vez tuvieron que interrumpir sus informes a raíz de las descalificaciones que provenían desde los dos palcos.

"No puedo sustraerme, ni voy a sustraerme de mi condición de mujer creyente. Desde ahí, debo decir que mi participación en este debate no resulta fácil y no puede serlo toda vez que siento sobre mí, un clima de amenazas", afirmó Salino para denunciar: "Me siento discriminada".

"El proyecto pretende reafirmar y reforzar la garantía del hombre en materia de libertad en sus tres esferas o ejes: pensamiento, religión y culto", explicó Gatica que abundó con jurisprudencia.

 

• Cómo actuó la oposición

- Democracia Cristiana: Francisco Barrera pidió el "pase al archivo" mereciendo la aprobación de quienes se proponían detener la iniciativa.

- FreGen: Jorge Daffra, el único que votó a favor desde el arco opositor, dijo que "el proyecto no es el más progresista" pero "viene a poner fin a tanta discriminación y un poco de justicia" a los cultos.

El legislador sostuvo que "ya estaba de acuerdo con el proyecto original". A su juicio la norma "no es anticonstitucional".- Bloque Leandro Alem: Daniel Macías planteó que se suspendiera el tratamiento hasta la realización de una consulta popular que su bloque impulsaba. Para ellos se trata de una "ley inoportuna". Fidel Haddad se diferencia de sus pares e ingresó en el terreno de las especulaciones para cuestionar a Alberto Rodríguez Saá. "Qué objeto tiene esta ley", se preguntó.

- Alianza UCR-Frepaso: "La libertad religiosa ya está garantizada en la Constitución provincial y en los tratados internacionales, no va a existir a partir de ahora", afirmó Edis Bernardis que calificó al proyecto de "inocuo e innecesario".

Desde la mayoría, Susana Sosa Lago en su encendido discurso, fue terminante: "Si quedaba alguna duda que había discriminación en San Luis, hoy acá quedó demostrado que sí hay".

Más adelante, aseguró que "se ha llevado a la politización maquiavélica la espiritualidad humana" y criticó a la oposición por especular. "Es una mentira que desde la mayoría se siembre la discordia", defendió en forma categórica. Antes Ciccarone que votó en contra, dijo: "La preminencia de la Iglesia Católica configura uno de los principios constitucionales de derecho público que las provincias deben respetar al sancionar sus constituciones".

Quiroga Besso observó que el oficialismo "impulsa una ley pedagógica porque a partir de ahora se va a producir el debate sobre la libertad a la que algunos le temen". "Permitirá perfeccionar las garantías constitucionales", apuntó después.

Facundo Endeiza, Manuel Cano y Cristina Estrella también fundaron sus votos positivos.

Raúl Laborda Ibarra que concurrió a exigir su inclusión en el cuerpo intentó sacar rédito y sus seguidores fueron protagonistas de la provocación y la agresión verbal a los legisladores oficialistas desde las dos bandejas.

La delegación de la Iglesia, encabezada por sacerdores y monjas, tuvo la adhesión también de funcionarios poncistas.

En forma permanente el presidente Carlos Sergnese pidió que "guardaran silencio" y no tuvo más opción, después de reiteradas advertencias, que requerir la intervención del personal del cuerpo para que identificaran a más de un manifestante y que se activaran las actuaciones judiciales como lo ordena el reglamento. La lluvia de huevos apuró el retiro de los legisladores tras aprobarse el proyecto por 27 votos, de acuerdo al recuento oficial.

 

• Vuelve al Senado

Como Diputados le introdujo modificaciones, el proyecto vuelve al Senado, cámara de origen, para su segunda revisión.

La iniciativa en su paso por la Cámara alta, el año pasado, fue aprobada por unanimidad. El oficialismo tuvo el acompañamiento de la oposicion representada por la Alianza UCR-Frepaso.

El proyecto será girado al Senado, donde tomará estado legislativo la próxima semana y será enviado a la Comisión de Asuntos Constitucionales.

Hay dos alternativas:

1) Que decida mantener el texto que ya sancionó. En este caso para convertirlo en ley el Senado requiere los dos tercios.

2) Que lo apruebe tal cual salió de Diputados. En este caso se convierte en ley.

 

• Aspectos que dejó el tratamiento

La sesión de la Cámara de Diputados dejó varios aspectos para el comentario y análisis. Veamos:

* En estos últimos días se ha escuchado con insistencia por parte de la jerarquía eclesiástica local y los laicos vinculados directamente al Obispado que este proyecto ofendía a la inmensa mayoría de la población, que profesa el culto católico. La iglesia en pleno salió a manifestar su repudio al proyecto. Sin embargo la escasa cantidad de personas que asistieron a la Legislatura a manifestar su reprobación distó mucho de esa mayoría. No se trata aquí de menospreciar ni minimizar una posición pero sencillamente se esperaba una movilización mayor y lo ocurrido debió decepcionar a los organizadores. Algo de razón existe entonces en la afirmación que esta ley en realidad no agravia al ciudadano común y que más parece una defensa de intereses económicos y de poder que lleva adelante la cúpula de la Iglesia, al punto tal que solo un puñado de sacerdotes estuvo presente.

* La conducta desplegada por algunos militantes católicos dejó mucho que desear. Desechando la doctrina de la tolerancia y el amor varios se dedicaron a insultar, hostigar, agredir y agraviar a los legisladores y a quienes no piensan como ellos. Fue un espectáculo vergonzoso y poco edificante, particularmente si se tiene en cuenta que esta misma gente asegura que no discrimina, que respeta la libertad de pensamiento y religiosa y que son los "verdaderos representantes de la Doctrina de Cristo". La misma gente que insultaba y agraviaba es la que dice que no hace falta una ley cuya esencia es la tolerancia. ¡Vaya, sí que hace falta! Estamos seguros que esa conducta intolerante, que ha sido la que siempre caracterizó al "grupo de la Iglesia Catedral" y que ha recibido el rechazo de los curas de campaña y de la población católica desde siempre es lo que determinó que ahora la gente no apoyara su posición y por el contrario viera con buenos ojos la norma propuesta.

Como contrapartida la actitud de personas de otras confesiones y religiones que también se hicieron presentes en la Legislatura (en un número casi igual al de los católicos) fue de respeto, tolerancia y humildad, lo que hizo resaltar el contraste. También su presencia vino a confirmar una realidad: esta ley no es fruto de uno o de unos pocos. Mucha gente viene anhelando una legislación así desde hace mucho tiempo.

* Entre los legisladores también hay hechos para señalar. Hubo conductas coherentes, defecciones y agachadas.

Jorge Dafra (FreGen) y Gabriela Ciccarone de Olivera Aguirre fueron coherentes consigo mismos desde un comienzo. Dafra es de la oposición y votó a favor de la ley, aunque es un duro crítico del oficialismo provincial. Votó así porque cree que es un proyecto positivo para la gente y la Provincia. Dio con esto una lección a sus pares de la oposición (radicalismo) que primero se manifestaron a favor de la ley, pero como son políticos forjados en la demagogia cuando vieron que podían tener alguien que los criticara se echaron para atrás y dejaron que el oficialismo cargara solo la responsabilidad de llevar adelante el proyecto. Esa es una actitud timorata que tantas veces le costó fracasos al radicalismo cuando ha sido gobierno. Les faltó pasta y les sobró oportunismo.

Ciccarone de Olivera Aguirre es del oficialismo y fue coherente consigo misma. Votó en contra del proyecto como lo había dicho. Unos pocos legisladores que sostuvieron en principio esa posición terminaron por apoyar el proyecto, por disciplina partidaria o porque se convencieron que era positivo más allá de las polémicas que despertara. Hay que reconocer también la valiente actitud de la mayoría de los legisladores justicialistas, del PUL, del MID y del PDL, que entendieron que más allá de las presiones recibidas, de los insultos y huevazos su deber como legisladores es propender al bien común, al progreso, y a garantizar y reforzar cada vez más los principios de libertad e igualdad de sus conciudadanos. Realmente jugaron en favor de nuestro crecimiento como sociedad libre.

* Causa cierto malestar la mezcla de intereses y de personajes que presentó el conjunto que se pronunció contra el proyecto de ley. Quizás éste fue otro factor gravitante para que la gran mayoría de la gente no los apoyara. Es que para muchos resulta chocante que personajes de dudosa moral y hasta de sospechosa vida pública y privada se mezclaran con los sacerdotes y militantes católicos de buena fe. El grupo católico debió depurar de sus filas a estos personajes y a los políticos aprovechados y oportunistas que se les infiltraron porque así hubieran ganado en credibilidad y en respeto. Ese oportunismo les restó apoyo.