Sociedad Israelita de Beneficencia de San Luis

PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL PRESIDENTE DE LA NACIÓN ARGENTINA, DR. FERNANDO DE LA RÚA, EN LA SESIÓN PLENARIA REALIZADA EN EL CONGRESS HALL DE ESTOCOLMO, SUECIA
(Documento)
.Boletín OJI Nº 677 - Febrero de 2000
Presidente Fernando de la Rúa
Estocolmo (CJL-OJI) -Sean mis primeras palabras de respetuoso y agradecido saludo al Gobierno de Suecia y a su Primer Ministro, organizador de este caracterizado Foro, al que tengo el alto honor de traer la presencia de mi país. Y soy también una voz de América Latina, como Presidente de la República Argentina.
Saludo y agradezco esta excepcional iniciativa en nombre de la delegación gubernamental y de la delegación de organizaciones del judaísmo argentino aquí presente.
Una figura ha quedado como paradigma por su desafío a las fuerzas del mal. Raoul Wallenberg comprendió que, según el dicho talmúdico, "salvando una vida se salva a la Humanidad". Su condición de "desaparecido" en manos de otro totalitarismo arroja sobre él una luz trágica.
En el centro de Buenos Aires se alza el monumento recordatorio de quien, con su imaginación y audacia, luchó por la dignidad de la persona humana. Numerosas iniciativas, públicas y privadas en la Argentina, han confluido en el homenaje a una gesta que simboliza lo que el Papa Juan Pablo II llama en su Mensaje del 1° de enero "el honor de la Humanidad", dentro de los horrores que estigmatizaron el siglo que concluye.
Mención especial cabe hacer de otra persona cuya misión se ha difundido ampliamente: Oskar Schindler. Su viuda Emilie vive desde hace años en la Argentina y cuenta con nuestro afecto y apoyo.
La Shoah es un tema universal, nos involucra a todos, nos afecta a todos, lo sufrimos todos, más allá de las fronteras físicas y temporales. Porque es una exigencia de la verdad y la memoria, el Gobierno argentino abrió sus archivos para la publicación del "Proyecto Testimonio" realizado con la participación de entidades judías. En el que consta la actuación de funcionarios y diplomáticos argentinos desde el comienzo del nazismo. Así como hubo en algunos sensibilidad y preocupación por ayudar a sus connacionales judíos, fuerza es admitir que otros no supieron dar las respuestas que la tragedia exigía.
Quiero resumir en un nombre el de todas esas víctimas que por nacimiento o elección estaban llamadas a gozar de los "beneficios de la libertad" que asegura la Constitución Argentina. Se llamaba Matilde Bueno. Había nacido en un barrio característico de Buenos Aires que hasta ha inmortalizado el tango. Tenía trece años cuando fue deportada con su madre desde Salónica a Auschwitz-Birkenau, donde fue asesinada en la cámara de gas el 4 de mayo de 1943. Rindo homenaje a esta joven argentina y a los que, como ella, sufrieron la misma atroz muerte.
La Justicia argentina ha resuelto favorablemente los pedidos de extradición de personas acusadas de crímenes contra la Humanidad que habían ingresado al país abusando de su hospitalidad. El Gobierno que me precedió constituyó la Comisión para el Esclarecimiento de Actividades Nazis en la Argentina que, tras dos años de investigación, presentó trabajos y conclusiones que no solo permiten un mejor esclarecimiento del pasado y aporta a iniciativas similares en otras partes del mundo.
Convencido de que se trata de una "política de Estado", anuncio aquí que los trabajos de esta Comisión continuarán en el futuro.
Lo esencial es la memoria. Memoria es hacer presente, compartir el dolor y el horror, la fraternidad con las víctimas. Buenos Aires, en un predio donado por el Estado, tendrá el Museo del Holocausto.
La ciudad de Resistencia, Chaco, tiene un Monumento a la Humanidad en homenaje a las víctimas del Holocausto, iniciativa del diputado Claudio Mendoza (Partido Justicialista), quien también propició la ley que dispone la erección de un memorial en la Ciudad de Buenos Aires, frente al Congreso Nacional.
La memoria es lo esencial. Recordar la Shoah es más que un ejercicio histórico. Es también descubrir, prevenir y combatir el brote de tendencias discriminatorias, racistas y xenófobas.
Nuestro fin de siglo es testigo de otros horrores: llámense "limpiezas étnicas" y variadas formas de eliminación de grupos humanos, de destrucción de culturas, de desarraigo e inclusive de casos de sujeción a servidumbre.
En 1999 se ha producido un hecho alentador: la decisión de ciento veinte países, entre ellos la Argentina, de crear una Corte Penal Internacional. Si bien es cierto que aún falta para su gestión efectiva, en palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, "es un regalo para las generaciones futuras".
Un lugar preponderante está dado en este Foro a la educación en sus dos dimensiones.
Una, el conocimiento del Holocausto en sí, a través de la inclusión de los contenidos en la currícula escolar y la realización de estudios e investigaciones en los niveles medio y superior, estimulando el juicio crítico.
Para Buenos Aires dispuse la enseñanza de la Ley Antidiscriminatoria.
En la Argentina he dispuesto que el 19 de abril, fecha del levantamiento del ghetto de Varsovia, esté señalado dentro del calendario escolar en todos los establecimientos educativos del país.
La otra dimensión hace a las consecuencias que se extraen de esta tremenda lección.
La familia, donde comienza la formación del ser humano, ha de ser el primer y fundamental ámbito para una educación en los valores del respeto, el reconocimiento de la dignidad de la persona humana, el diálogo, la comprensión y la aceptación de los otros.
La escuela debe ser esencialmente abierta a acoger a los minusválidos, a los inmigrantes, a los niños con dificultades, y a partir de allí encarar una pedagogía que valore las diferencias.
Las iglesias y confesiones religiosas tienen un lugar especial, incluso por su reflexión teológica y las celebraciones interreligiosas sobre lo que Juan Pablo II llamó "la indecible iniquidad" de la Shoah, ya que existe una fundamental contraposición entre lo auténticamente religioso y toda forma de violencia y persecución por razón de raza o de fe.
Las organizaciones intermedias, los medios de comunicación y los gobiernos tienen responsabilidades primordiales. Cito la ley contra todas las formas de discriminación en mi país, de cuyo proyecto fui autor, que agrava las penas de los delitos cometidos por odio racial o religioso y declara delito la difusión o propaganda de esas perversas doctrinas, y el proyecto que agrava las penas por la profanación de los sepulcros, expresión de un odio que ni siquiera respeta la paz de los muertos.
La República Argentina ha sufrido dos terribles golpes en los últimos años por los atentados terroristas contra los edificios de la embajada de Israel y de la AMIA. El gobierno que presido ha asumido el compromiso, que reitero enfáticamente, de impulsar las investigaciones de estos hechos criminales en todo lo posible y hasta sus últimas consecuencias.
Está en la Biblia: "Justicia, Justicia buscarás".
Señoras y señores.
En América Latina se funden todas las razas, millares de seres humanos llegaron allí en busca de un nuevo comienzo, pero que ha sufrido, como mi país, regímenes autoritarios y violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Hoy, situaciones endémicas de exclusión privan a muchos de derechos tan fundamentales como la vida, la educación y el trabajo, agravado por las barreras proteccionistas que limitan las posibilidades de ganar mercados. Hago un llamado a los gobiernos y organizaciones de las naciones más desarrolladas, a no olvidar a los que sufren diversas formas de opresión y discriminación, que aparecen incluso en el seno de las sociedades de abundancia en las que el rostro de la intolerancia se muestra hacia el migrante, el niño y el anciano.
Que el siglo XXI nos encuentre decididamente comprometidos en que "nunca más" los seres humanos sean perseguidos por su raza, credo o ideología, que "nunca más" existan convoyes de la muerte como los que afluyeron a Auschwitz, de cuya liberación se cumplen hoy cincuenta y cinco años, porque todo ser humano es habitante del mundo y ciudadano de la Humanidad.
Que Dios, Padre de todos, "haga brillar Su rostro sobre nosotros", para que seamos verdaderos constructores de la paz, del shalom que unos a otros nos deseamos y pedimos para toda la Humanidad.

Comentarios de De la Rúa a su regreso a Buenos Aires.
El Micro Ejecutivo de Noticias que circula la DAIA señala que el presidente Fernando de la Rúa, en una conferencia de prensa que dio en la Casa de Gobierno de Buenos Aires ("Casa Rosada") a su regreso de Europa, indicó que el Foro de Estocolmo fue "la primera vez en que se han reunido 27 jefes de Estado, no para hablar de economía sino de los valores de la vida, de la memoria y de los derechos humanos" y anunció que está en marcha un proyecto de ley para erigir un monumento rememorativo del Holocausto en la céntrica Plaza del Congreso. Mencionó el presidente la vigencia en la Argentina de la Ley Antidiscriminatoria, merced a cuyo imperio su país "puede presentarse en estas reuniones", en un mundo donde "sin embargo, sigue habiendo discriminación y atisbos de odios raciales y religiosos".